La inteligencia artificial en la educación ya es un proceso global, lo que indica que algunos programas quedarán obsoletos y otros serán mejorados con esta herramienta. Esto hace que docentes, especialistas y trabajadores dentro del área de la enseñanza deban actualizar sus conocimientos sobre la IA. Indaguemos qué trae la novedosa tecnología en la educación.
Hablar de la inteligencia artificial en la educación es muy amplio. Desde la educación maternal hasta la universitaria la participación de la IA se encuentra en estos momentos representando todo un reto.
Para la UNESCO el papel de la IA en la educación debe centrarse en el ser humano y abordarla con prácticas innovadoras para sacar el máximo provecho a estas tecnologías como por ejemplo, su aplicación en contextos educativos de una forma equitativa. Veamos que señala específicamente referente a la inteligencia artificial en la educación:
“La UNESCO exige intrínsecamente un enfoque que incluya a la IA en la solución de las desigualdades actuales en materia de acceso al conocimiento, la investigación y la diversidad de las expresiones culturales. La promesa de la “IA para todos” debe permitir que cada cual pueda sacar provecho de la tecnología, fundamentalmente en términos de innovaciones y conocimientos”.
De acuerdo con lo señalado docentes y estudiantes en la actualidad y a futuro no podrán realizar sus actividades relacionadas al aprendizaje sin tener en cuenta a la inteligencia artificial. En el caso de los profesores y maestros muchas de sus tareas y funciones serán ejecutadas por la inteligencia artificial.
Se quiera o no aceptar, tal como otros avances disruptivos impactaron en el desarrollo de la humanidad como la rueda o la escritura o aquellos altamente tecnológicos como la imprenta o el Internet, todos generaron una transformación profunda en la sociedad. Así que, esta herramienta no será diferente en la educación y en el resto de otros sectores.
La innovación inteligente en el sistema educativo
Hay aspectos importantes como el hecho que los docentes sepan diferenciar contenidos fiables de los falsos. Saber reflexionar sobre temas de sesgos y discriminación o de seguridad personal, como por ejemplo, dejar la huella digital cada vez que se hace un clic en la red. O proteger a los niños y jóvenes de contenido inapropiado.
Existen tareas en que la inteligencia artificial puede ayudar en la labor del docente como pruebas evaluativas, control de asistencia, creación de contenidos y diseño de temas y asignaturas (independientemente de la etapa) presentaciones de temas, envíos de archivos o formatos, proyectos e información, firmas (rúbricas), vídeos explicativos y traducciones en cualquier idioma, etc.
Aunque efectivamente la inteligencia artificial por los momentos no reemplazará a los docentes, si será la herramienta de apoyo en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Otro punto que se puede presentar es la posibilidad que la misma IA pueda suplantar al estudiante, siendo lo que "supuestamente se vislumbra". Algo que preocupa a los docentes.
Dentro de las inquietudes que se perciben es la supuesta sustitución de los procesos intelectuales de los estudiantes mediante los trabajos investigativos, redacción de trabajos escritos, soluciones a problemas, conclusiones, etc., y que serían remediados por la misma herramienta tecnológica que lo causa.
Una novedad que puede personalizarse
La inteligencia artificial en la educación además de automatizar tareas de igual manera podrá liberar espacio en aquellas que impliquen más tiempo en su ejecución. Adicional a esas ventajas también con la IA los profesores y maestros podrán ofrecer a cada alumno la individualización de un plan de estudio.
Esto lleva a la inteligencia artificial a personalizar el aprendizaje de cada estudiante según lo que requiera y basado en conocimientos previos, limitaciones, su ritmo y estilo de estudio, gestión del tiempo, motivaciones, capacidades de atención, necesidades particulares ya sean estas consideraciones religiosas o culturales, planificación e incluso la tolerancia a la frustración, etc.
Ya no será una atención general a todo un salón de clases, ya sería un enfoque de aprendizaje individualizado. Por lo que la IA llevaría a cabo una enseñanza metodológica y precisa para concentrarse en los intereses propios del estudiante y definir su personalidad, pero para esto requiere de un entrenamiento.
La inteligencia artificial en casa y no en el aula de clases
Es lo que se ha denominado clase invertida, es decir, en vez de utilizar a la IA en los salones de clases, sería lo contrario, que sea una herramienta para ser usada en casa y como sistema de ayuda o apoyo en la explicación de contenidos y metodología de enseñanza.
Mientras que en clases con los profesores y maestros el estudiante mostraría lo aprendido por medio de debates, reflexiones, análisis, presentaciones de trabajos escritos u orales como pruebas de habilidades. Ya sea con material de apoyo, recursos visuales, virtuales o dispositivos sin acceso a Apps con IA.
El objetivo es que el estudiante deba demostrar sus capacidades y conocimientos adquiridos y todas estas competencias deberían ser mostrada de manera presencial y directa al maestro o profesor para su respectiva evaluación.
La complejidad es sumamente alta para la adopción de la inteligencia artificial en la educación. Algunos aspectos para aprovecharla en el caso de su uso dentro de las aulas de clases, podrían ser:
- Uso para la enseñanza-aprendizaje adaptativos y personalizados.
- Aclarar preguntas y dudas.
- Usar herramientas que ayuden al docente a introducir la IA.
- Detectar dificultades y fallas en el aprendizaje o captación de conocimiento.
- Mostrar tendencias a los docentes y alumnos para un mayor entendimiento de la inteligencia artificial en la educación.
Estos son solo algunos de los aspectos a tener en cuenta para la aplicación la inteligencia artificial, con la finalidad de optimizar los procesos de adaptación de forma más expedita.
¿Es posible implementar la inteligencia artificial en la educación?
Visualizar un futuro prometedor siempre es posible. Si vemos los dibujos animados antiguos, en ellos se describían y mostraban objetos y recursos tecnológicos que hoy son una realidad. Pero, ¿será posible impartir clases mediante la IA? Solo imaginemos:
Obtener un aprendizaje, además de un compañero de clases o de juegos (dependiendo del nivel educativo en que se esté).
Interactuar con máquinas táctiles y conversacionales, imágenes interactivas y holográficas, recursos impulsados con inteligencia artificial y entrenada por especialistas del área educativa como: docentes, psicólogos, pedagogos, neurólogos, sociólogos, filósofos, científicos, artistas (arte, música, danza), deportistas (especialistas en deportes y el área física), expertos en la comunicación y el lenguaje (o logopedia) y neurocientíficos (neurociencia), etc.
Serían herramientas adecuadamente entrenadas con el fin de crear programas educativos de alta calidad y adaptatividad individualizada. Acaso ¿estarían las instituciones educativas preparadas para aplicar esta tecnología de alta gama? ¿tendrían el soporte tecnológico necesario para adecuarlas a sus sistemas? O por el contrario, ¿podrían entrenar sus inteligencias artificiales con sus propios especialistas?
¿Sería posible como señala la UNESCO una “inteligencia artificial en la educación para todos” y de una manera equitativa?
Inteligencia artificial en la educación
Definitivamente visualizarlo es una cosa e implementarlo es otra. Dentro de este escenario existen varios puntos que se deben plantear y es aquí que aparecen otras preguntas.
Aún si la inteligencia artificial es entrenada por grandes expertos en el área educativa o relacionados a ella, creando una guía hacia una enseñanza-aprendizaje individualizada ¿la IA estaría preparada para sustituir a un docente? Adicional a este planteamiento, habría que separar las etapas de la educación desde maternal, preescolar y primaria.
Solo en estas fases se debe estar claro que los bebés, niños y adolescentes requieren de un acompañamiento humano. Puesto que son períodos donde las habilidades cognitivas, razonamiento lógico, memorizaciones, lenguaje, relaciones sociales, competencias personales y contacto con el entorno deben potenciarse al máximo.
Por lo que recorrer estas etapas es fundamental en el desarrollo infantil incluyendo la orientación de una persona, puesto que no pueden ser suplantadas, el punto esencial a tener en cuenta es que se está formando a un individuo.
En este caso la inteligencia artificial tendría que estar orientada hacia los planes de estudios y personalización en el aprendizaje de cada niño. Mientras que los maestros serían los que harían el seguimiento y acompañamiento de los procesos educativos. Encargarse de las evaluaciones y avalar si fueron logrados los objetivos. Luego dependiendo de ellos, solicitar a la inteligencia artificial efectuar las optimizaciones pertinentes para los nuevos procesos de aprendizaje.
Transiciones en etapas más maduras
De la primaria viene la secundaria y los estudios universitarios ¿Cómo sería la incorporación de la IA en estas etapas educativas? Posiblemente se incorpore a la inteligencia artificial de una forma progresiva. Por ejemplo, usar herramientas con inteligencia artificial en el que los niños y adolescentes puedan solicitar apoyo para:
- Explicaciones conceptuales.
- Resoluciones de operaciones numéricas en matemáticas, físicas y química.
- Orientaciones en los procesos de la comunicación, lenguaje y gramática.
- Prácticas en la traducción, pronunciación y aprendizaje de otros idiomas.
- Planteamientos de preguntas y dudas que surjan con respecto a los temas ya estudiados.
- Cuestionamientos propios y autónomos de su mismo proceso de aprendizaje.
La inteligencia artificial en la educación universitaria y profesional
Es un período en que puede involucrarse la inteligencia artificial tanto en la parte universitaria o incluso durante el resto de la vida. Esta es una etapa o fase donde la IA adecuadamente entrenada puede evaluar, generar, impartir, impactar y validar la enseñanza-aprendizaje de un adulto. La inteligencia artificial en la educación universitaria alcanza a realizar:
- Análisis de los datos del estudiante.
- Registrar preferencias individuales, personales y de aprendizaje.
- Debilidades y fortalezas.
- Ritmo de aprendizaje.
- Adaptación de la metodología y programa de estudio.
Eso sí, hay que tener en cuenta que la inteligencia artificial en la educación universitaria estaría optimizada por especialistas humanos para entrenar a otros. También a través de la IA se puede verificar y validar con los docentes si los alumnos adquirieron capacidades y conocimientos requeridos para su correcta formación y profesionalización.
Estas competencias estarían vinculadas a desarrollar o mejorar otras habilidades como son la comunicación efectiva, el liderazgo, pensamiento crítico, trabajo en equipo y colaborativo, responsabilidad, empatía, creatividad, resolución de problemas, mentalidad positiva y emocional, adaptabilidad, flexibilidad, entre otras capacidades.
Lo destacado de este aspecto es que estos valores y habilidades humanas deberán ser evaluados de igual manera por los docentes puesto que en la actualidad las inteligencias artificiales no tienen estas destrezas que por los momentos solo poseen o pueden desarrollar las personas, mientras que quizás la IA no llegue a conseguirlo jamás.
¿Un panorama alentador o no?
Dentro del panorama de un futuro casi inmediato, cabría preguntarse si ¿la IA sustituirá de forma absoluta a un docente? ¿El ser humano es imprescindible dentro del proceso educativo? Creemos que las respuestas por ahora es sí somos indispensables, y de manera inmediata no seremos suplantados.
La inteligencia artificial en la educación ¿será o no necesaria? esto depende de cuál de las etapas de enseñanza-aprendizaje nos encontremos. Por lo pronto, en las primeras fases educativas el maestro humano es ineludible, así como todos los expertos y especialistas del área sean estos titulados o no.
Entre tanto, es probable que se efectúa el entrenamiento de las inteligencias artificiales para el mejoramiento y la individualización de los programas de estudios y la automatización de tareas rutinarias y repetitivas. La finalidad es profundizar en los propósitos de la educación con el objetivo que desarrollen un mayor potencial humano.
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